Los funcionarios del Centro Penitenciario Murcia I, reciben un «chivatazo» de un interne en el que cuenta que los familiares de un interno que está en el departamento especial, van a introducir un arma de fuego para que dicho interno se pueda fugar del centro. A consecuencia de esto, el centro adopta unas medidas especiales, que consisten en realizar rigurosos cacheos a todos los familiares o allegados que vengan a visitar a cualquiera de los internos que se encuentran en dicho departamento celular.
Los rigurosos cacheos realizados llegan a oídos de los internos que están en el departamento especial, por lo que protagonizan una sentada general ene l patio, al mismo tiempo que lanzan insultos y amenazas a los funcionarios que prestan servicio en el departamento.
Los internos son requeridos para que depongan su actitud y entren a sus celdas, pero hacen caso omiso en todo momento, y prosiguen con los insultos y amenazas. Concretamente, el interno Julio Moreno Martínez, grita explícitamente lo siguiente: «¡Que entre el funcionario del bigote a cogerme si tiene huevos, que le voy a meter el pincho por el culo!».
Los funcionarios del departamento solicitan la presencia del Jefe de Servicios, que tras mantener una conversación de más de dos horas con ellos, consigue que depongan su actitud.
Por la tarde, justo antes del momento de la cena, los 112 internos del módulo 3 realizan otro plante colectivo, por solidaridad con sus compañeros de reclusión del departamento especial. Se niegan a entrar a cenar y a subir a sus celdas. De nuevo el Jefe de Servicios intenta negociar que depongan su actitud pero esta vez no lo consigue. Finalmente, mediante el uso de la fuerza física personal necesaria por parte de todos los funcionarios de la plantilla, consiguen restablecer la normalidad en el centro.
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