En el Módulo-9 del Centro Penitenciario de Zuera (Zaragoza), el interno Armando S.T., el día 17 de mayo de 2010, se aproxima a la garita de control del funcionario y, a la vista de éste, saca una cuchilla de afeitar del bolsillo del pantalón y se produce una autolesión (varios cortes) en la muñeca. El funcionario avisa de lo ocurrido al Jefe de Servicios y redacta un informe en el que da cuenta de la conducta del interno. Dicho interno es trasladado rápidamente a la Enfermería, donde es atendido de las lesiones que se ha causado y donde queda controlado por otros funcionarios de servicio. Al día siguiente, 18 de mayo, el psicólogo y el médico del Centro entrevistan al interno Armando S.T. y deciden trasladar al Subdirector de Tratamiento la conveniencia de la aplicación del protocolo de prevención de suicidios (P.P.S.). Por el Director se acuerda aplicar el citado protocolo, permaneciendo el interno ingresado en Enfermería y sometido a las medidas de control que se estiman oportunas. Una semana después, tras haber sido visitado todos los días por el Psicólogo, éste informa en la sesión ordinaria correspondiente de la Junta de Tratamiento que Armando S.T. no refiere ideación suicida y muestra expectativas de futuro realistas por lo que se acuerda darle de baja en el protocolo de prevención de suicidios; El interno es retornado a su Módulo de procedencia el 25 de mayo. Al día siguiente, se autolesiona de nuevo en presencia del funcionario, por lo que se le vuelve a trasladar al departamento de Enfermeria. Tras realizar diversas averiguaciones en el Módulo, el funcionario encargado informa que el internó Armando S.T. tiene graves problemas en esa dependencia porque debe mucho dinero procedente de apuestas y explica al Jefe de Servicios que, muy probablemente, el interno se autolesiona de manera instrumental para conseguir salir del Módulo.