Cristobal, mayor de edad y sin antecedentes penales, de ignorada solvencia, trabajaba para una empresa pública en la que entre otras funciones, era responsable del control y verificación del buen uso de la flota de vehículos oficiales y de las tarjetas de crédito asociadas a los mismos y que resultaban aptas para repostar combustible para los desplazamientos oficiales, no para efectuar adquisiciones y/o compras en tiendas o establecimientos, ni tampoco para abonar el importe de los peajes, ni el combustible gastado en desplazamientos de carácter privado.
Cristobal aprovechó su posición y cargo para, de un lado, aparentar llevar a cabo el mantenimiento y reparación de la motocicleta Honda Scoopy 125 a la floto oficial, para en realidad arreglar una Harley Davidon de su titularidad particular y cargar los importes respectos a la agencia pública, cuyo monto y perjuicio total ascendió a 4.594,23 euros.
De otro lado el Sr. Cristobal, aprovechó la coyuntura descrita para hacer uso de tarjetas de crédito Solred vinculadas a vehículos cuya titularidad era de ACA aptas para el suministro de combustible, pero siempre relacionadas con el desempeño de sus funciones laborales, para hacer uso personal de las mismas aplicado al pago de combustible, peajes varios y compras en tiendas que le permitían obtener un beneficio económico y particular, en perjuicio del ente público. En concreto, durante los referidos años, el acusado hizo uso indebido de las siguientes tarjetas Solred en cuantía superior a 9.000 euros.
Los cargos efectuados los hacía en gran parte en los días de fiesta, fines de semana y horarios no sujetos a control de acceso y salida del centro de trabajo, y en peajes de tramos de autopista situados en el trayecto Salou-Barcelona, población esta última en la que el investigado tiene en propiedad un apartamento.
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